Vinos de Purtugal
La producción de vinos en tierras portuguesas tiene orígenes muy remotos, allá por la épococa en que los fenicios introdujeron en la península ibérica esta práctica. Por aquél entonces, Portugal no existía como nación, y no fue hasta el siglo XI, que adquiriría esta condición. Gracias a la alianza entre Inglaterra y Portugal, aquí se establecieron muchos comerciantes ingleses, convirtiéndose así en una nación productora y exportadora de vinos.
En el siglo XVIII los vinos de Oporto y de Madeira, tuvieron muy buena acogida entre los ingleses. A finales del siglo XIX, los viñedos portugueses fueron atacados por la plaga de filoxera, como otros muchos países europeos, perdiéndose muchas de las uvas autóctonas. Esta situación empeoró, cuando a mediados del siglo XX, y por razones políticas, el cultivo de la vid fue relegado a un segundo plano a favor del cultivo de trigo. La situación del sector vitivinícola dio un giro con la entrada de Portugal en la Unión Europea, en el año 1986; las zonas rurales comenzaron a recibir ayudas económicas que han beneficiado mucho a la industria del vino.
Durante muchos años, Portugal solo ha sido conocida por sus vinos fortificados, pero en la actualidad, la producción de vinos no fortificados se encuentra al mismo nivel de la viticultura moderna. Dependiendo de la zona de producción, los vinos poseen unas características diferenciadoras, por lo que, a continuación, nos detendremos en cada una de estas zonas, para conocer las variedades de uvas y de tipos de vinos elaborados en ellas.