En algunas zonas de Extremadura, Castilla La Mancha y La Rioja existen unos vinos que no son ni blancos ni tintos. Se trata de vinos elaborados con mezcla de uva tinta y blanca.
Durante el proceso de maceración, se retiran los hollejos dejando poco tiempo para la tintura del vino. De esta forma se consigue un vino anaranjado, brillante con un toque de acidez.
Los vinos claretes resultan ideales para tomar el aperitivo y deben consumirse fríos para compensar la acidez.
Por lo demás, estos vinos suelen venderse todavía a granel y en garrafas.