El todo el área de Extremadura, Ciudad Real y Avila se elabora un vino muy especial (sin denominación de origen). Se trata de un vino generalmente clarete que se produce en las propias casas particulares o en bodegas muy tradicionales.

El vino de pitarra presenta un grado de acidez alto, y su sabor, textura y aroma es muy variable y va a depender de quien lo elabore.

Por lo general son vinos de muy escasa calidad, vinos nuevos incapaces de envejecer dada la escasez de procesos por los que pasa hasta el embotellado y la distribución.

Sin embargo, muchos de estos vinos son producidos de manera natural por lo que presentan un agradable sabor a uva. En este caso su consumo es más que recomendable.

La dificultad para homogeneizar procesos y limitar la producción se debe a que no están acogidos a ninguna Denominación de Origen Cualificada, por lo que su consideración de vino de mesa (en ocasiones ni eso) les deja por debajo de otros vinos españoles en cuanto a reconocimiento.

Los vinos de pitarra deben consumirse fríos para compensar su acidez y suelen tomarse como aperitivo.

Si quiere degustar un buen vino de pitarra debe dejarse aconsejar por lugareños que conozcan las bodegas de la zona. Destaca la producción de vinos de pitarra de poblaciones como “La Puebla de Sancho Pérez”, en la provincia de Badajos, muy cerca de Mérida.

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